Se
ubica en la ribera del valle del Guadiana Menor, cerca de la aldea de Ceal.
Ocupa en espolón rocoso que cae hacia el río y que determina la forma del
propio poblado. Fue descubierto para la ciencia, durante los trabajos de
construcción de la carretera que une Hinojares con Pozo Alcón, en la década
de los años 50. Estos trabajos afectaron al poblado y más sensiblemente a su
necrópolis, poniendo de manifiesto la riqueza del yacimiento y la calidad de
sus materiales. Fue excavado por aquellas fechas por Dña. Concepción
Fernández Chicarro y sus materiales estudiados por don Antonio Blanco
Frejeiro. En la actualidad dirigen el proyecto de investigación de los
Castellones de Ceal, Dña. Teresa Chapa Brunet y Don Juan Pereira Sieso, bajo
el nombre del "Poblamiento Ibérico en el valle del Guadiana Menor".
Los Castellones de Ceal es un poblado
fortificado (oppida) y dispuesto en
las pendientes que la topografía del cerro ofrece. Presenta estructuras de
habitación de distintas fases constructivas, con muros lineales y espacios
de planta rectangular. A lo largo del periodo de ocupación, se observan
distintas reestructuraciones urbanísticas y constructivas, aun en estudio.
Los restos arqueológicos extraídos durante su excavación, demuestran que
su economía era agrícola y ganadera, destacando la presencia de restos de
piedras de moler y recipientes de almacenaje, de los que se pueden saber que
contuvieron cebada y más escasamente trigo. Entre la fauna, los restos
encontrados son, en casi su totalidad, ovicapridos (oveja y cabra).
El material cerámico es hecho a torno, característico del mundo ibérico,
perteneciente, en el poblado, a principios o mediados del siglo IV antes de
Cristo. No obstante, esta cronología puede ser anterior por los restos
cerámicos encontrados en la necrópolis, que quizás la sitúen a mediados del
S. VII. Las excavaciones en el interior del poblado han documentados fases
que van desde finales del S IV a. C. Con presencia de cerámicas griegas de
las llamadas de "figuras rojas", hasta finales del S. II a C.
caracterizadas por presencia de cerámicas "campanienses" itálicas.
La necrópolis se encuentra
en las proximidades del poblado y de ella se han excavado numerosas tumbas y
muchas mas que fueron destruidas por la construcción de la carretera. Su
morfología suele ser, de pequeñas cámaras de planta rectangular y suelo
empedrado, con los restos de la cremación y los restos del ajuar en su
interior. Algunas de estas tumbas estaban revocadas al interior e incluso
han conservado restos de decoración pintada. También es característico la
presencia de "ustrinum" o lugares donde se
realiza la cremación.
Este poblado es de un momento de la cultura ibérica, en pleno apogeo y
donde se marcan las diferencias sociales entre los individuos o grupos de
individuos (las diferencias de los ajuares y su contenido, atestiguado en las
tumbas), lo que nos informa de una organización jerarquizada socialmente y
de carácter aristocrático. Su importancia se basa en la ubicación geográfica
del poblado, comunicando el valle del río Guadalquivir con las altiplanicies
de Baza, en Granada.
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