De la Cresta del Diablo, por la Cuerda Jabalcuz y Fuente Cardear, al Portichuelo

[Juan José Frías Mora]

Ésta, es otra de esas guardadas en la mochila y aún pendientes. Este martes me llama Pepe Camel, que mira que le gusta la sierra!!!; yo no sé que le encuentran algunos a esta afición tan tonta, darse una panzá de andar; llevarse una manta de agua y quedarse tan contentos!!. Bueno; que me llama y yo tenía, ya comprometido este miércoles; pero es que es tan convincente!!!, que, con algunas fatigas, pude cambiar el turno de trabajo (casi a las diez de la noche) y escaparme junto a él y su buen amigo Marcos.

Como las previsiones no estaban claras, dejamos un coche en el Portichuelo y otro en el entronque de la vereda del Trompero y la de Jabalcuz, entrando por la Urbanización de Bellavista.

Lo ideal y para otra ocasión; sería, cerrar la circular, volviendo por el cordel de Jabalcuz, al punto de inicio. Pero menos mal que dejamos el coche en el Mirador del Portichuelo; menuda manta de agua!!!. Aunque claramente compensado con la espectacular ruta y disfrutar del cordel de Jabalcuz en el tramo cercano al Portichuelo y que ninguno habíamos hecho. De lo que aún no he encontrado, aún referencias tangibles, es del mármol negro de Jabalcuz**.
**Sólo la referencia directa del Trascoro de la Catedral y tangenciales en textos antiguos, como el libro de Nicolás de la Cruz (Viajando por Jaén a principios del XIX), o en la Memoria de los Baños de Jabalcuz, también en la Crónica General de España (Provincia de Jaén) y en el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz e incluso en la Historia de Jódar, cuando habla de su Iglesia y Cabildo; refiere, como material de construcción noble, un mármol negro traído de Jabalcuz.

Lo que si localizamos, (a pesar de la lluvia) fueron algunas setas de cardo; por cierto las de mayor tamaño, que nunca había visto (ya me había comentado Manuel el pastor de la zona, que este terreno tan pobre y pedregoso, salen muy grandes). Además localizamos algunas macrolepiotas y champiñones silvestres. Además del curioso Pisolithus, usado en tintorería, posee además, una potente sustancia inmunodepresora, que se usa en medicina. Este es un hongo difícil de identificar como tal, pues el aspecto es como una rama seca o resto de madera en putrefacción.

La ruta la comenzamos ascendiendo por el cordel de Jabalcuz hasta una casa rosada, muy fácil de localizar en la zona, pues tanto su color como su diseño es bastante peculiar. Ascendemos por el, siempre espectacular, camino empredado del Reguchillo, para alcanzar el portillo de la Lancha, caminando por una preciosa zona de canutos y fuertes pendientes hasta el portillo Cascabel y su característico puntal.

Desde aquí nos dirigimos a la fuente del Tesoro, que aunque poca, sigue saliendo, encaminándonos, por la majá de las Vacas (del Reguchillo o de la Cresta), hacia el portillo del Lobo (puerto del Aire). Desde aquí ascendemos hasta la Piedra del Muerto (caseta de la cima de Jabalcuz).

En la subida por el carril, casi en la cuerda que sube desde Torredelcampo, se aprecia una antigua senda que se dirige al rancho de la Botija, Morrón de Arégalo y majá de las Carrascas de donde parte la senda y por la cual, nuestro estimado Antonio Vázquez, hizo una ascensión a la cima de Jabalcuz, el pasado año.

Sin llegar a la caseta, tomamos la cuerda de Jabalcuz en sentido sureste. Es necesario decir que la cara sur (solana de Jabalcuz), es una finca privada, por lo que hemos de ser respetuosos con el vallado, (además de no fastidiar a los pastores, evitando que el ganado se pase de uno, a otro lugar).

Encontramos primero dos boquetes o simas, factibles de bajar y unas decenas de metros mas adelante, las ruinas de las Casillas mineras, donde antaño se extraía zinc para cañones. Se pueden apreciar varios huecos y escombreras en la misma cuerda. Aunque algunos tienen como protección algunos trozos de tela metálica, hay que tener especial precaución, pues los esqueletos de ovejas en el fondo, indican la peligrosidad de caer en los mismos.
Entre ambos lugares se localiza el portillo del Lobo (de Jabalcuz), por el cual se accede a la majada de las Vacas (de Jabalcuz). En este punto y junto a la valla, el pasado año, un rayo mató a siete ovejas y aún se observa, de forma palpable las huellas del relámpago.

Tras las casillas mineras, se aprecian don cerros y un collado. A la izquierda y el de los cortados Cuevas Blancas; al otro lado el Morrón y en medio el collao del Mermecino; sí del Mermecino!!!. Aquí también saben, de verdad, como se llama este árbol. Insisto que en el resto del mundo está equivocado.

Tras esta importante aclaración, nos encaminamos al Llano de los Caldereros, para girar al comienzo del mismo, hacia los cortados y salvando el vallado, por un portillo. Estamos en el paraje de Cuevas Blancas (en los mapas figura como Cerro de la Pata del Caballo; jamás se ha nombrado así este lugar, por parte de los pastores de la zona). Llegamos a la espectacular Sima (que sí se encuentra catalogada). En la misma vereda de acceso, hay un boquete, con el que hay que tener cuidado. Además el lugar, presenta unos cortados y unas vistas extraordinarias. Es un paraje singular y de una gran belleza.

Tras la gratísima visita de la Sima, a la que por cierto Pepe casi le faltó tirarse de cabeza, nos encaminamos a Poyos Morenos y majás Verdes previas. A la derecha de las majas Verdes, queda el Cerro de la Seta. A la derecha del mismo y en vertiginoso descenso hacia los Villares, está la cañá del Lantiscar y en el fondo de la misma, El Hoyo de la Mina, que es el paraje donde brota un buen manantial del agua.
Desde Poyos Morenos, buscamos “la caja” del Barranco de la Fuente, para descender por una notable pendiente, hasta la Fuente Cardear. La senda sigue, bordeando los olivares, que se encuentran vallados hasta un pinar de repoblación donde tomamos el precioso camino del Cordel de Jabalcuz, a su paso por esta zona y regresar al Mirador del Portichuelo (es un bar), hechos una sopa!!, pero más contentos, que unas castañuelas!!!!!
Agradecer, una vez mas Manuel, pastor de la zona, que me enseñe lugares y nombres tan señeros para Jaén y soporte mis múltiples llamadas.


Amanecía un día, realmente espléndido!!


Paraje de Cuevas Blancas (estas dos fotos son del día 26 de octubre). Pero es que son tan bonitas!! y el día de ayer era tan malo.

[Juan José Frías Mora]

Al inicio de la ruta, otro par de nombres. En la parte mas alta del cerro de la Llana, justo desde la Mella hasta la vegetación de encinas que se aprecia, es la majá del Carnero y por debajo, en medio del cerro, un pequeño llanete, inclinado a la derecha, que se llama el hoyo del Espartal


Avanzado por el cordel de Jabalcuz, el morrón de la Viña del Huevo, a cuyos piés, está la casería del Huevo.




la vía pecuaria, avanza por el olivar

[Juan José Frías Mora]

Aunque pueda parecer otra cosa, es una seta, Pisolithus. El nombre es de raro como la seta. Es de consistencia dura y adquiere formas redondeadas o similares a ramas secas. Su hábitat son encinares arenosos. Como digo se ha usado en tintorería y posee una sustancia inmunodepresora, usada en tratamientos antitumorales.

[Juan José Frías Mora]

En la casa Rosada, este "puntal" marca el acceso desde la casa al sendero, que mas adelante, se hace camino de piedra






cambiando de vertiente en este punto

[Juan José Frías Mora]

Llegamos al portillo de la Lancha, volviendo a cambiar la vertiente


adentrándonos en una de las zonas mas bonitas, de todo el recorrido


las manchas de zumacar, están preciosas

[Juan José Frías Mora]

[Juan José Frías Mora]

Menuda pedriza, hasta el reguchillo (hasta los mismos pinos)!!


aquí la pendiente es notable


llegamos al portillo Cascabel y su característico puntal y el pino tambie´n como refrencia


Desde aquí y sin cambiar la vertiente descendemos buscando la fuente del Tesoro

[Juan José Frías Mora]

En este punto de la majá de las Vacas, que es un pequeño llano a la izquierda del cortafuegos, que baja desde la Cresta del Diablo, justo donde hay menor densidad de pinos, parte el sendero a fuente Tesoro


Aunque ha menguado el caudal, no se ha secado, siendo un agua excelente para beber (doy fe)

[Juan José Frías Mora]

seguimos por el portillo del Lobo, un lugar que siempre sorprende






En el carril de ascenso, "la verea de los pinchos"

[Juan José Frías Mora]

en un tramo recto, antes de una curva muy pronunciada en sentido izquierda y cerca de la cuerda, parte una antigua senda que se dirige al rancho de la Botija, Morrón del Arégalo y majá de las Carrascas, origen o destino, de esta senda.




faldeamos por debajo de la caseta o Peña del Muerto, sin coronarla. Le preguntamos al guarda si iba a llover; "ni gota", dijo. Como hombre del tiempo, no se ganaba la vida, os lo aseguro!!!