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Los primeros indicios de la arqueología en la etapa contemporánea
en la provincia de Jaén, arrancan con la aparición de la cámara de Toya,
allá por los principios del siglo XX. A partir de este momento la riqueza
arqueológica de nuestra comarca no a dejado de ser punto de interés
científico, mas por la calidad de los restos encontrados que por la
cantidad y abundancia de los mismos.
Desde que Conchita Fernández Chicarro, Maluquer de Motes o el Padre
Sotomayor, estuvieran por los años 50 y 60 en nuestra tierra haciendo los
primeros atisbos del método arqueológico moderno, hoy día equipos de las
universidades de Jaén, Madrid o Granada, continúan realizando campañas y
estudios arqueológicos en algunos de los yacimientos comárcales que se han
convertido en hitos de la arqueología regional y nacional. Nombres como
Toya, Bruñel o los Castellanes de Ceal se han convertido en referentes de
la arqueología ibérica o romana.
La heterogeneidad geográfica y del paisaje de nuestra comarca,
provoca que desde la antigüedad la ocupación de estas tierras este
sometida a sus condiciones de hábitat. Los ríos serán el elemento de
atracción de estas primeras comunidades, mas concretamente el Guadiana
Menor y el Guadalquivir, limites geográficos de estas tierras. El 60% del
territorio es agreste, cuando no imposible de ocupar, las pocas tierras
fuera del valle de los ríos tienen pocas condiciones de sustentar un
grupo humano. |
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El "Pernazas" ante la cámara de Toya en 1918 |
Según la bibliografía científica los primeros restos humanos de los
que tenemos constancia de época prehistórica, parecen estar localizados en
un escueto abrigo rocoso del valle de Valdecuevas cercano a la Nava de San
Pedro. |
Según sus investigadores pertenece a un momento del epipaleolítico al neolítico
antiguo. Seria un campamento eventual de posibles pastores o cazadores que
lo utilizarían en alguna ocasión esporádica cuando visitaran aquellos
lugares.
De lo que si tenemos certeza, además ilustrada, de su presencia en
nuestra comarca, mas concretamente en el piedemonte oriental de la sierra,
es de grupos de pastores neolíticos que recorrían estos parajes,
cobijándose en abrigos y covachas de la zona. En muchas de ellas han
dejado huella de su paso con muestras de pinturas rupestre de carácter
esquemático, englobadas en ese gran conjunto que se ha denominado la pintura levantina. |
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Abrigo de Valdecuevas. Nava de San Pedro |
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Impresiones de manos en rojo |
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Calco del panel pintado de la Cueva del Clarillo |
También hay muestras de decoraciones incisas sobre la roca de estas
cuevas. Nos referimos al conjunto de cuevas de las sierras de Quesada y
Huesa, estudiadas por M. López Payer y M. Soria Lerma. Hace poco tiempo se
han integrado al Patrimonio de la Humanidad dentro del conjunto de la
Pintura levantina.
Los autores de estas manifestaciones artísticas parecen ser
comunidades poco evolucionadas de la época del cobre con tradiciones
neolíticas muy arraigadas, allá por el III milenio a.d.C. Entre estas
podemos destacar alguna por la calidad de su representaciones, nos
referimos a la Cueva del Encajero, de Manolo Vallejo, Covachas del arroyo de Tiscar o el
magnifico panel decorado del la Cueva del Clarillo con una amplia
iconografía de la que destacan unas magnificas impresiones de manos.
Paralelamente a estos grupos y quizás contemporáneos, se desarrolla
en la zona baja de la sierra en los valles una seria de asentamientos en
llano, pertenecientes a lo que se denomina cultura de la época del cobre
por la presencia de este mental entre sus restos arqueológicos. Por lo
general estos grupos se dedican a la agricultura y han sido localizados
muy cerca del cauce de la desembocadura del Guadiana Menor en el
Guadalquivir, en el yacimiento conocido como Plaza de Armas de la Reina.
En el valle del Guadalquivir, los encontramos cerca de la desembocadura
del Río Cerezuelo o de Cazorla en el Guadalquivir, muy cerca del municipio
de Santo Tomé. |
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Cerámicas de esta época han aparecido en el curso medio del
Cerezuelo, cerca de Chilluevar, en unas terrazas muy alteradas por la
erosión y las labores agrícolas. Por ultimo cerca del Puente de la
"Cerra", en el conocido
Cerrillo del Deposito se han encontrado algunos restos cerámicos que se
pueden adscribir a este momento cultural.
En algún momento del II milenio a.d.C., las transformaciones
tecnológicas conllevaron un cambio económico y político en todo el sudeste
peninsular que se vera reflejado en la tipología de los asentamientos
localizados. |
Poblado del cobre de las terrazas del río Cerezuelo en Sto. Tome. Derecha donde la carretera corta la terraza |
Nos referimos a lo que se ha
denominado la época del bronce y que se ha generalizado, a veces,
erróneamente, como la cultura argárica. Se denomina cultura del bronce
porque los elementos metálicos encontrados son de aleación de cobre con estaño o
en mayor medida con arsénico. Sus asentamientos se caracterizan por estar
encaramados en lo alto de riscos con condiciones defensivas extremas y con
un hábitat en terrazas sobre sus laderas. Suelen presentar muros potentes
y reforzados y es corriente encontrarse estos asentamientos en las vías de
comunicación entre el sudeste y el valle del Guadalquivir, buscando el
camino hacia los filones de cobre de Sierra Morena.
No obstante, otros grupos de esta época están fuera de esta
dinámica y siguen conservando tradiciones antiguas provenientes desde el
neolítico, continúan con una economía ganadera y en menor medida agrícola,
generalmente basada en el secano. |
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Yacimiento de Pepe el Municipal. Quesada |
Los Castellones de Cuenca. Hinojares |
Muy
cerca de Pozo Alcon, en el valle del Guadiana Menor, encontramos un
yacimiento estudiado por la universidad de Granada y conocido como La
Terrera del Reloj, que presenta claras características argáricas. También
de este momento parecen ser las cerámicas provenientes del cercano
Cerrillo de la Atalaya, también en Pozo Alcon o los restos documentados
en los Castellones de Cuenca pertenecientes al municipio de Hinojares.
Hacia el norte, siguiendo el Guadiana Menor en término de Huesa,
encontramos huellas de la cultura del bronce, no solo en Cerrillo Negro,
sino también en las proximidades del Molino de los Picos.
En
término de Quesada, además de las conocidas tumbas del Corral de Quiñones
estudiadas por Juan de Mata Carriazo, encontramos los yacimientos en el piedemonte de la sierra, nos referimos al Cerro de Majuela y al cercano
del denominado yacimiento de "Pepe el Municipal".
Otros próximos al propio casco urbano de Quesada en el Cerro de la
Magdalena o el menos conocido del Cerro del Cementerio. |
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En el Guadalquivir, estos asentamientos también están presentes en poblados como el del Cerro del Gato, en el Puente de la
"Cerra". Mas al interior, en
las campiñas entre Santo Tome, Peal y Cazorla su presencia se ha detectado
aunque muy erosionado y alterado en yacimientos como el Cerro Bola, en
Cazorla o Cabeza del Rey, en las campiñas de Peal de Becerro.
El cambio hacia el I Milenio a.C., se le ha denominado Bronce
Final, porque en algunas zonas del mediterráneo estaba siendo sustituido
este metal por el hierro, que llegara a la península ibérica por influencia centroeuropea y mediterránea
hacia principios del siglo VIII a.C., poniendo fin al periodo
prehistórico y llegando a la antesala de lo que se denomina la historia de
los pueblos, por contar con un elemento que suele acompañar a la
metalurgia del hierro, nos referimos a la escritura. |
Cerro del Gato. Puente de la Cerra. Peal de
Becerro |
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Esta fase esta poco documentada en nuestra comarca aunque contamos
con restos muy valiosos como los extraídos en las excavaciones de
Castellones de Ceal, el depósito metálico proveniente de Arroyomolinos (Hinojares)
o los detectados en el asentamiento de la Plaza de Armas de las Juntas,
termino de Peal de Becerro.
Las culturas que se desarrollan a lo largo de la mitad del
último milenio a.C., van a estar sujetas a
numerosas interpretaciones históricas, nos referimos a lo que se denominan
pueblos ibéricos o de la cultura ibérica. Caracterizadas por ciertos
elementos generalizados a estos pueblos como son: la cerámica, la
metalurgia, el urbanismo. Con diferencias también acusadas como el patrón
de ocupación del territorio, la elección del sitio e incluso la tipología
del asentamiento, aspectos que van a determinar su estructura política y
su modelo económico. Se han definido en la Andalucía oriental, varias
denominaciones para estos pueblos, basándose en los escritos de los
historiadores romanos (Estrabon, Plinio) que denominaban a los habitantes
de la alta Andalucía como Túrdulos, Turdetanos, Bastetanos, Oretanos etc.
Dependiendo del toponímico del poblado principal que le daba nombre. |
Vista aérea de la Plaza de armas de la Reina y la de las Juntas de los Ríos. Peal de Becerro |
Vista aérea de los
Castellones de Ceal. Hinojares → |
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Nuestra comarca presenta una abundante muestra de asentamientos de
época ibérica aunque la mayoría del final del iberismo, de fases ibero
romanas. Los poblados de Los Castellones de Ceal, en Hinojares, han dado
en su estudio fases muy completas del siglo V, IV, III a.d.C., de época
ibérica y datos sobre forma de vida y el modelo económico. Su necrópolis,
es decir, los enterramientos muestran ricos ajuares que incluso se remontan a épocas
anteriores al inicio y formación de la cultura ibérica. En el Cerro de la
Orca se encuentra la cámara sepulcral de Toya que ha sido el hito de los
estudios sobre la cultura ibérica, al ser el único ejemplo, hasta ahora,
de tumba monumental perteneciente a finales del siglo V-IV a.C. |
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Cámara de Toya. Entrada, cámara principal y lateral derecha |
Últimamente en otro cercano cerro próximo a la aldea de Hornos de Peal se
han encontrado otras estructuras de enterramiento también adscritas al
cercano poblado ibérico de Toya. |
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← Vista panorámica del cerro del castillo de Toya. Poblado ibérico. Peal de Becerro |
De todas maneras la
presencia de la cultura ibérica en nuestra comarca esta representada en
todo su territorio, desde las campiñas al piedemonte. Asentamientos o
poblados como Toya o Castellones de Ceal, el Molar o Turruñuelos, cerca de
Santo Tome. El Cerro de la Albahaca, frente al mismo Santo Tome o Cabeza
del Rey, perteneciente a Cazorla.
En el Puente la
"Cerra", se encuentra el
Cerro del Gato, reutilizado desde época del bronce y perteneciente al
municipio de Peal de Becerro. La tipología de todos estos asentamientos es
variada y responde a la funcionalidad del mismo y a la época
correspondiente. Los poblados suelen estar en el valle de algún río, sobre
un espolón amesetado y dominando un amplio territorio de su entorno,
conservan todavía restos de fortificaciones y abundante cerámica. Mas
austeros en el tamaño y en los restos conservados, se dan en lugares como
el Molar y los Turruñuelos, y el resto son pequeños asentamientos encima
de lomas o cerros dominantes de su entorno. |
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Los Turruñuelos en las proximidades de Sto. Tomé |
Morfología del poblado del Molar. La aldea actual está sobre parte del yacimiento |
A
partir del siglo I a.C., la romanización de la península ibérica esta
realizada casi en su totalidad y comienza a producirse los síntomas de
organización de lo que es la provincia romana de Hispania. Se abandonan
tradicionales poblados ibéricos y aparecen elementos arquitectónicos y
urbanísticos nuevos, entre los que destacan la "Villa",
ejemplo del sistema productivo esclavista, con abundante mano de obra
esclava dedicada a labores agrícolas, ganaderas, servicios y en nuestro
caso de aprovechamientos forestales o incluso mineros. |
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Vista general de la planta de la Villa romana de Bruñel |
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Detalle del mosaico |
La abundancia
de estas villas romanas es considerable, sobre todo en calidad de las
mismas y cuyo mejor ejemplo lo tenemos en la villa romana de Bruñel, con
magníficos mosaicos y conservando la típica arquitectura de patio
interior, a pesar que en un momento posterior en el tiempo se abandona y
se construye un espacio distinto que algunos investigadores han
interpretado como una basílica o iglesia.
De este
tipo de “Villas”, además de la citada, destacamos la que se ubica en el
paraje y aldea de los Peralejos, o la cercana al Cortijo de las Monjas en
Chilluevar. También otro tipo de asentamientos indefinidos que se reparten
a lo largo de la vega del Guadalquivir o en las campiñas como por ejemplo el
del Castellón de Caviedes, donde se ha detectado un aprovechamiento minero
de mineral de hierro posiblemente para la obtención de tintes. |
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Vista panorámica de los Castellones de Caviedes |
Detalle de estructura romana a pie de yacimiento. Cazorla |
En la
margen izquierda del río Cerezuelo hasta llegar a Cazorla se han
encontrado asentamientos próximos unos de otros con cerámicas romanas y
sin otra definición. En Peal de Becerro se han documentado algunos
hallazgos sueltos en la propia población como el del Cortijo de Timoteo, al igual que en Quesada. |
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Placa funeraria encontrada en los alrededores de Peal de Becerro ↑ |
De la
crisis del sistema esclavista romano y por tanto del mundo clásico en si,
queda muestra por el abandono de todas estas "villas
rusticas" y la presencia de escasos documentos de
la cultura visigoda. En nuestra comarca solo se han encontrado restos sin
ningún tipo de ubicación concreta en la ciudad de Quesada y en los
alrededores de Chilluevar, concretamente en los Almansas. Últimamente
debemos incorporar a estos hallazgos los encontrados al pie del Cerro de
la Horca en Peal de Becerro provenientes de una necrópolis tardorromana y
visigoda. |